Morir todavía

Cierro los ojos y me veo chiquito, viviendo todavía en Granadillo Viejo; mis hermanos, mis padres y los abuelos con una vejez tan cansada y tranquila que ni siquiera el tiempo rejuvenece. También había un baúl en el cuarto – donde todo era permitido – y un espejo grande, decíamos las palabras mágicas frente a él y a l otro día dentro del baúl aparecían juguetes. El muro de las imágenes se evapora envuelto en humo... (Ver más)

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